Tal como sucediera en la Copa América, Bolivia se llevó de Buenos Aires otro empate 1-1. El equipo argentino tomó la iniciativa del juego sin mucha claridad pero Bolivia lo golpeó con el gol de Martins en el complemento. Por fortuna, Lavezzi, pudo empatar y aplacó (para llamarlo de algún modo) la bronca de los pocos hinchas que fueron al Monumental. CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) Los bolivianos nos tomaron la mano y ya van 3 partidos al hilo que no les podemos ganar. Parece mentira. Este equipo argentino no contagia, hasta el punto que jugó con un Estadio semivacío, por más que algunos sostengan que el partido se jugó en horario laboral. ¿En Argentina, con lo futbolera que es? ¡Vamos!. Pasa el tiempo, los partidos, e independientemente del resultado, no se puede ‘orejear’ un equipo. Sabemos que aún es prematuro sacar conclusiones contundentes pero es lo que se ve. ¡Que quiere que le digamos! El partido se presentó tal como se esperaba. Con Argentina monopolizando exclusivamente la pelota y con los bolivianos cediendo toda la iniciativa. Bolivia vino a aguantar y en el primer tiempo lo consiguió. Se llevó el cero al vestuario. Es cierto que Argentina generó un par de ocasiones de peligro con el tiro de Pastore que dio en el poste, o con el gol mal anulado a Higuaín porque el juez debió otorgar la ley de ventajas luego de que le hicieran falta a Messi. Aunque no por esto podemos decir que lo de la selección ha sido bueno en el primer tiempo. Y siempre hay que resaltar lo mismo. Si no fuera por la explosión de Messi y sus habituales encaradas que le rompen los esquemas a cualquier equipo, los conducidos de Sabella no supieron penetrar. Fracasó la idea de juntar a Pastore con Álvarez por izquierda, y sólo la individualidad de Messi generó cosquilleo en el estómago cada vez que el balón llegó a sus pies. Sólo una de Pastore rompió el molde pero poco para tanta alharaca que se ha montado sobre este jugador y las operaciones mediáticas de representantes combinadas con periodistas poco éticos. El equipo boliviano no ha sido una medida para saber como funciona en defensa el equipo nacional, para saber si los errores se mejoraron. Sólo decir que se volvieron a repetirse algunos errores conceptuales de la Copa América. Los zagueros argentinos (Demichelis y Burdisso) no pararon de hacer faltas ingenuas que posibilitaron que el rival llegue al área cuando, sin esas posibilidades, jamás llegaría. ¿Para qué?. Argentina tuvo la pelota pero no pudo penetrar el muro boliviano que hasta por momentos tuvo a más de 5 jugadores en el sector del medio campo. Sabemos que es complicado jugar contra un equipo que nada propone pero es así. El rival tiene derecho a jugar como quiere mientras no salga del reglamento y nosotros debemos trabajar para vulnerarlos. En la primera mitad no se ha podido y punto. De todos modos, había mucho que mejorar. El inicio del complemento mostró furia por atacar pero poca claridad de ideas. El equipo argentino sabía que el reloj entraba en la fase regresiva y el pescado seguía sin vender. Y a los 10’, el baldazo de agua fría. Golazo de Bolivia anotado por Moreno Martins aprovechando un error grosero de Demichelis. La definición fue envidiable pero lo del jugador argentino dejó mucho que desear. Errores que no se pueden cometer a nivel profesional y menos en jugadores de esta talla. A los 11’, Argentina quedó con la soga al cuello tras la primera avanzada de los bolivianos. A partir de este gol, comenzó otro partido y la selección estuvo a tiro de empate con una jugada que los bolivianos salvaron sobre la línea luego de una corajeada de Zabaleta. Rivero le sacó el gol a Pastore que estuvo tibio para patear. Sabella mandó un cambio luego de este sacudón y le dio resultado. El ingreso de Lavezzi en lugar del intrascendente Alvarez le dio el empate al equipo nacional. A los 14’, el ‘Pocho’, mandó a la red la primera pelota que tocó y Argentina pudo empatar enseguida. Importante momento para acomodar un poco la carga del partido. Promediando la etapa la intensidad bajó un poco pero Bolivia no mostró que tenía intenciones de cerrar el resultado tal como estaba. Manteniendo su estructura conservadora, trató con Martins de atacar porque se percató que lo de Argentina era flojo en defensa. En 30’ Argentina siguió manteniendo la iniciativa pero sus llegadas iban perdiendo fuerza a medida que la pelota se acercaba al arco de Bolivia. Los ataques empezaban bien pero se diluían a medida que entraban al área. Messi tuvo un par de ocasiones con unos zurdazos pero no tuvo la precisión necesaria. Y seguimos con lo mismo. Si no lo hace Messi… ¿Qué pasaría entonces si alguna vez este chico se lesiona? Algo llamativo, independientemente del juego, fue que Argentina terminó siendo un equipo muy largo con mucha distancia entre las líneas. Definitivamente el equipo quedó partido y esto preocupa de cara al futuro sabiendo que deberemos enfrentar selecciones con mayores variantes ofensivas. Argentina tuvo una chance inmejorable en la cabeza de Lavezzi pero el cabezazo se fue desviado. A esta altura, un gol agónico podría decretar una victoria angustiante pero lo seguro es que ya nada cambiaría el concepto de que el equipo no ha funcionado. La selección jugó un mal partido y por eso no pudo torcerle el brazo al modesto pero voluntarioso equipo del altiplano.
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