Después de esta semana entrará en etapa de definiciones el caso en que se investiga al vicepresidente Amado Boudou, acusado de quedarse con Ciccone Calcográfica , la imprenta privada que fabrica papel moneda.
Luego de las últimas declaraciones indagatorias, previstas para el martes y el jueves próximos, comenzarán a correr los plazos para que el juez federal Ariel Lijo defina la situación procesal del vicepresidente Boudou, pero también del resto de los acusados, tanto gente de su entorno, como su socio José María Núñez Carmona , su ex jefe de gabinete Guido Forcieri, o el monotributista Alejandro Vandenbroele; como también de quienes complicaron su situación en el caso, como Nicolás Ciccone, Guillermo Reinwick y Rafael Resnick Brenner, un ex alto funcionario de la AFIP.
El Código establece un plazo máximo de diez días hábiles para que el juez decida si procesa a los acusados, los sobresee o si entiende que no hay mérito suficiente para procesarlos ni para sobreseerlos, con lo que quedarían imputados a la espera de nuevas pruebas que los favorezcan o los liberen del asunto.
No obstante, los jueces interpretan que esos plazos no son obligatorios. A veces pasa hasta un año desde la indagatoria hasta la resolución de la situación procesal, si es que en medio el juez necesita seguir reuniendo pruebas.
En este caso, sin embargo, Lijo estaría dispuesto a no dejar pasar más de tres semanas para resolver. En Tribunales, funcionarios que intervienen en la causa especulan que el fallo se conocería entre el 15 y el 18 de julio, justo antes de que cese la actividad judicial por dos semanas y comience la feria de invierno.
Además, hay tres secretarios del juzgado de Lijo que están concursando para ocupar dos fiscalías federales vacantes y el 14 de julio está convocado el examen escrito, por lo que esos funcionarios judiciales estén ocupados en otra cosa.
El martes próximo está previsto que declare José María Núñez Carmona, acompañado de sus nuevos abogados Ramiro y Darío Rubinska. Debe ir personalmente, bajo amenaza de que dicten su captura. No trascendió cuál será su estrategia, pero todo hace pensar que su indagatoria consistirá escuchar la acusación, presentar un escrito de descargo para contestar las pruebas en su contra y luego negarse a contestar preguntas.
El jueves será el turno de Guido Forcieri, el último de los imputados en la causa, luego de que Resnick Brenner dijo que lo instó a facilitar el salvataje de Ciccone y que le presentó a Núñez Carmona como asesor de Economía para encargarse del asunto.
Forcieri, asesorado por el abogado Pablo Slonimski, se presentará a declarar el jueves, pero dejará un escrito de descargo y se negará a contestar preguntas. Forcieri es actualmente representante de Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay ante el Banco Mundial, según le escribió a su abogado para describir las múltiples ocupaciones que lo retienen en Washington.
Forcieri ya adelantó en ese correo electrónico que envió a su defensor y que quedó incorporado a la causa cual es el eje de su defensa: negar todo.
En ese mail, escribió que efectivamente se reunió con Resnick Brenner en su despacho en 2010, pero que no fue para hablar de Ciccone, sino porque el funcionario de la AFIP le pidió como un favor personal que reactivara un expediente de su padre para cobrar una deuda del Estado.
Quería cobrar una vieja deuda de honorarios que el Ministerio de Economía ya había rechazado, lo mismo que otros organismos del Estado. Forcieri dijo que no hizo nada para ayudar a Resnick Brenner porque entendió que el reclamo de su padre "no tenía ninguna legitimidad".
Tras evaluar las últimas declaraciones, y a juzgar por las evidencias reunidas en estos meses, y las respuestas de los acusados, Lijo podría procesar a Boudou.
Deberá decidir también por qué delito lo acusa: la fiscalía impulsa el de negociaciones incompatibles con su función, pero el juzgado se inclinaría por el de cohecho.
Además de Boudou podrían terminar procesados Núñez Carmona y Forcieri. Resnick Brenner podría evitar el procesamiento, interpretan allegados al caso que creen que su suerte está atada a la de Ricardo Echegaray.
Por otro lado, el juez debe decidir si también procesa a Nicolás Ciccone y a su yerno Reinwick. Es un misterio cuál será la decisión con respecto a ellos: es que para el juez Lijo ambos eran imputados al comienzo del caso, testigos en diciembre y nuevamente imputados en mayo..
