Si bien la devaluación del tipo de cambio oficial en Argentina le quita atractivo a algunas actividades de consumo de los uruguayos en el vecino país, Argentina sigue siendo un país barato para los consumidores locales. Sin embargo, la fuerte inflación que afecta a la otra margen del Río de la Plata y el efecto puntual que pueda tener la reciente depreciación sobre los precios al consumo, puede empezar lentamente a revertir esa situación.
Por lo general, suele ser sencillo determinar cuándo un país se abarata o encarece como destino turístico. Sin embargo, en el caso argentino ese procedimiento resulta bastante engorroso. La multiplicidad de cotizaciones a las que puede acceder un uruguayo –dependiendo de qué lado del río realice el cambio– y los distintos criterios que se manejan a la hora de fijar los precios en el vecino país –no es lo mismo un free shop que un comercio de Buenos Aires–, llevan a que la respuesta ante la pregunta de si Argentina se abarata o se encarece para los uruguayos como resultado de la reciente devaluación, sea un gran “depende”.
Y ese “depende” se ve reforzado por el hecho de que el escenario cambiario del vecino país se encuentra en un momento de importante turbulencia y, por lo tanto, todo ejercicio de análisis está sujeto a cambios e incertidumbre.
Pero al día de hoy se puede afirmar que Argentina sigue siendo un país barato para los consumidores uruguayos. Teniendo en cuenta la evolución del tipo de cambio en lo que va de enero y en el supuesto de que la inflación se mantenga en el nivel de cierre del año, de 31,9% –según los datos no reconocidos por el gobierno federal, del Instituto de Estadística de la provincia de San Luis–, el poder de compra de los uruguayos en el vecino país se encuentra todavía 38,9% por encima del promedio desde 2005. Entre agosto de 2012 y julio del último año, la capacidad de consumo de los salarios uruguayos en territorio argentino alcanzó niveles pico, en promedio, 58,2% por encima de la media de la historia reciente.
Eso muestra que, en los últimos tiempos, el poder de compra de los uruguayos en el vecino país se redujo, pero todavía se encuentra en niveles altos desde un punto de vista histórico. En este punto es necesario distinguir entre los distintos perfiles de visitantes uruguayos.
Por un lado, están aquellos que cruzan el Río de la Plata con fines turísticos y culturales, sea para visitar los espectaculares paisajes del sur argentino o para ver un concierto puntual. Ese es el turista propiamente dicho, el que compara los precios en Argentina, en Brasil y en Uruguay, y encuentra conveniente vacacionar en uno u otro destino.
Para ese turista, la cotización actual le asegura un buen poder de compra comparado con Uruguay, donde su capacidad de consumo se encuentra apenas 18% por encima del promedio desde 2005. Pero quizás le pueda resultar hoy más interesante desde un punto de vista económico un destino brasileño, donde su poder de compra se encuentra 45,2% por encima del promedio histórico reciente.
El otro perfil de visitante es el turista de shopping, aquel que cruza el Río de la Plata únicamente con el fin de traerse sus valijas más cargadas de lo que partieron. Esa clase de turismo requiere una ventaja cambiaria más grande, porque incurre en costos de transporte e invierte tiempo –por lo general, un fin de semana–, con el único objetivo de realizar compras. Para determinar la conveniencia o no de la plaza argentina en este caso, es necesario hacer más cuentas.
Uno de los grandes beneficios para los consumidores uruguayos, producto del desdoblamiento cambiario en el vecino país, era acceder a pesos argentinos más baratos y comprar productos valuados a un tipo de cambio oficial. El caso más categórico era el de los free shops en suelo argentino, cuyos precios están expresados en dólares pero que toman pesos argentinos al tipo de cambio oficial. A fines de diciembre, un producto de US$ 100 era adquirido en los hechos por un uruguayo a US$ 82,4 si los pesos argentinos eran comprados en el mercado cambiario uruguayo y a US$ 65,5 si eran adquiridos en el mercado paralelo argentino con dólares llevados desde Uruguay.
La suba del tipo de cambio oficial –sumada al aumento del dólar en Uruguay– llevó a que esa ventaja cambiaria se acortara para el consumidor uruguayo, y ese mismo producto de US$ 100 lo pueda adquirir hoy a US$ 78,5 y US$ 92,9, respectivamente. Sigue habiendo una ganancia, pero ya no es tan significativa como hace un mes.
El mismo razonamiento es aplicable con los productos que se venden en el mercado argentino, pero de origen importado. Para el resto de los bienes y servicios, rige aquello del poder de compra 38,9% por encima de la media histórica. Pero hay que considerar que en los últimos 12 meses, si bien los uruguayos acceden a 15,4% más pesos argentinos por cada uno de sus pesos uruguayos, los precios al consumo en el vecino país subieron 31,9%. De ahora en más, será crucial para los turistas de shopping, ver cómo impacta la devaluación sobre la dinámica de los precios al consumo, dado que una aceleración inflacionaria podría barrer en poco tiempo con la ventaja cambiaria con la que aún cuentan.
¿En Uruguay o en Argentina?
Adquirir pesos argentinos en el mercado local cuesta $ 2,6. Comprarlos en Argentina en el mercado clandestino, con dólares llevados desde Uruguay, cuesta $ 2,2. Esa última cotización no cambió en lo que va del año, debido a que el dólar en Uruguay acompañó la suba de la punta compradora del dólar blue en el vecino país.
