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EL TRIBUNO
Lo que otros no dicen por miedo o por dinero nosotros lo decimos
15 de Febrero, 2014

NO ME EXTRAÑA

Autor: bgv065, 20:23, guardado en actualidad

Por AMÉRICO SCHVARTZMAN

Informe: VALENTÍN BISOGNI

Ambos, de la redacción de El Miércoles Digital

Fotos: El Miércoles Digital

 

Este jueves se realizó la tercera audiencia en el juicio oral y público que se realiza por el trágico deceso del niño Lucas Romero, de un año y medio de edad, ocurrido el 27 de julio de 2012 tras ser atacado por varios perros en la zona de Colonia Perfección. En esta ocasión se produjeron las declaraciones de los cuatro testigos presentados por el único imputado, Martin Barral, defendido por el abogado Gustavo Soppelsa. También lo hicieron otros cuatro que faltaban declarar de los que pidió la Fiscalía a cargo de Fernando Lombardi, con escasos datos para agregar, al punto que el propio Lombardi desistió de que declarara uno de ellos.  Otro dato saliente de la jornada fue la irritación de Lombardi ante la contundencia de los elementos que cuestionan su accionar.

 

ESCASO APORTE DE LOS TESTIGOS DE LA FISCALÍA

De la extensa lista de testimonios solicitados por la Fiscalía, había cinco pendientes. Por eso la jornada comenzó con ellos. O al menos eso se esperaba. Pero la poca relevancia de los testimonios hizo que el propio Lombardi desistiera de uno de ellos. En los testimonios, muy breves (algunos no declararon ni cinco minutos) volvieron a aparecer contradicciones, y sobre todo, quedó claro que son todos indirectos, es decir que ninguno de los testigos presenció el momento del ataque al niño.

El primero en testimoniar fue Cristian Perrouchoud, quien contó que al momento del hecho estaba trabajando en una obra a unos 150 metros del lugar donde se encontró al nene. Que llegó al lugar porque escuchó que alguien gritaba “fuera… fuera…” y que los perros “seguían toreando”, escuchó “toscazos” y luego llantos. “Fui a chusmear”, graficó. Le dijo a sus compañeros de la obra para que fueran con él, pero solo lo acompañó su hermano (Edgardo Perrouchoud, que seguía en la lista de testigos del fiscal Lombardi). Cuando llegó había dos hombres, uno con campera de seguridad, otro que se sujetaba la cabeza consternado y escuchó sirenas. Estaba “la ropa del chiquito desparramada y él todo comido”. No había nadie más, excepto familiares del nenito. Después llegó más gente. “Sé lo que vieron todos”, dijo. “Después se comentaba ahí que el perro era agresivo”. Confirmó que en esa zona se escucha todo: “gritos de chanchos, de los perros, todo…”

Consultado por el fiscal Lombardi el testigo recordó: “Una sola vez pasé por ahí y me atacó un perro negro”. Además, dijo que “paraba en la esquina” y que “les salía a los caballos”. “A ese perro lo vi (el día del hecho) y después vino una señora y lo ató. Yo ví cuando le hicieron el hisopado  y todas esas cosas” (toma de muestra de material genético para el peritaje). El fiscal le preguntó si le había visto algo al perro y el testigo respondió que le había visto que “tenía como sangre”. Cuando desde la Defensa se le solicitó precisiones sobre el hecho ocurrido aclaró: “No lo vi a eso, llegué después”, y aclaró: “Yo vi que al perro le hicieron el hisopado y tenía medio rojito, para mi era una mancha de sangre”. Sobre el perro indicó: “Después escuché en el comentario de la gente que decían que el perro era agresivo”.

Debido a la poca información que suministró Cristian Perrouchoud, la Fiscalía desistió de hacer pasar al estrado al hermano, que aguardaba para dar su testimonio en segundo término.

El siguiente testigo fue Lucas Kozul, quien ante la pregunta de rigor dijo que de los Romero sólo era conocido por ser vecino de Colonia Perfección. Al contar lo que sabía de ese día, dijo que lo llamaron enseguida pero no fue al lugar porque estaba trabajando, que sabía que en la casa vivían un perro negro grande y otro marrón claro que salían a correr a sus hermanitos cuando pasaban a caballo. “Teníamos que dar vuelta por otra calle para ir a lo Romero”.

El defensor Soppelsa le preguntó si tenía perfil de facebook, a lo que contestó positivamente, y si el papá de Lucas –Brian Romero– cazaba. Respondió que cazaba “ciervos y liebres” (contradiciendo al propio Brian, quien negó cazar ciervos, pese a que se mostró una foto durante el debate donde se ve al niño sobre un ciervo cazado por su familia). También se le preguntó si reconocía una foto en el perfil de Brian donde éste le está poniendo un cuchillo en el cuello. Contestó que esa foto había sido sacada en una jineteada, aunque antes había dicho que eran solo conocidos.

A continuación declaró Gabriel Basgall, que dijo que era conocido de la familia Romero, “más del padre que de la familia”, se corrigió. Al contar lo que sabía de lo que había sucedido, dijo: “Me avisan donde estaba trabajando que los Romero habían tenido un accidente”. “Llegué a la media hora al lugar y vi que había un perro negro y una perrita marrón”.

Preguntado por el fiscal Lombardi, contó: “Una vez que pasé por ahí estaba quebrado y la perrita marrón me mordió los dedos de la mano”. También dijo que en otra ocasión vio que los perros estaban matando gallinas. Cuando se le pidió el nombre de la persona a la que los perros le habían matado animales, el testigo no pudo decir quién era. Llamativamente esto mismo sucedió con todos los otros testigos: varios dijeron que los perros habían matado gallinas, patos y otros animales, pero ninguno pudo dar nombres de vecinos o vecinas damnificados. Basgall también dijo que no denunció el ataque de los perros a su persona porque lo hicieron sangrar pero no lo lastimaron (SIC), y que no necesitó ir al médico. A las preguntas de Soppelsa (“Usted dijo que le dijeron que los Romero habían tenido un accidente, ¿recuerda qué más le dijeron?”). “Me dijeron que los perros habían agarrado al nene, me dijo mi cuñado”. “¿Qué perros?”, inquirió Soppelsa. “No me dijo qué perros”.

La testigo que seguía era Graciela Reyes, pero no se había presentado y había apagado su teléfono celular, así que debieron ir a buscarla con la Policía. Declaró después de los testigos de la Defensa, y en su testimonio solo aportó que conoce a Barral “desde chico”, y que sobre el hecho solo conoce “lo que me contaron, porque yo estaba trabajando y después nunca quise ir al lugar”. También dijo que si bien varias veces había tenido problemas con los perros (“me llevaban las gallinas”, aunque no sabía cuáles porque no distinguió razas, tamaños ni colores) mientras Martin Barral estuvo viviendo en la casa, no volvió a tener problemas con los perros.

Con esta declaración culminaron los testigos aportados por la Fiscalía durante las tres jornadas. Ninguno de ellos presenció la muerte del niño.

 

LOS TESTIGOS DE LA DEFENSA

La defensa de Barral presentó cuatro testigos, que contribuyeron a sostener la principal argumentación de Soppelsa: que las ordenanzas mediante las cuales se pretende imputar a su defendido no son aplicables, por razones diferentes. También se destacó la declaración de un ex imputado en la causa, que puso nervioso al fiscal.

El primer testimonio fue del juez de Faltas de la Municipalidad, Carlos Schiavo, quien reconoció que desde que ocupa el cargo (2007), jamás hubo denuncias por ataques de perros ni se labraron actas por perros sin bozal, collar ni correa, ni causas o castigos por esto. También dijo que no conoce la ordenanza aprobada en el Concejo de adhesión a la Ley provincial 10.029, que regula la tenencia de perros potencialmente peligrosos.

A continuación vino la declaración de Mónica Miletich, concejala en actividad, quien hizo un racconto de ordenanzas que ella presentara y que no se han reglamentado o no se aplican. Ante la pregunta de la Defensa se centró en la 9119. “Es la de adhesión total a la Ley Provincial de Tenencia Responsable de Perros Potencialmente Peligrosos, que se aprobó en marzo de 2012. Sin embargo, a la fecha aún no se ha cumplido. Está promulgada pero no reglamentada, No existe ningún registro de Perros Peligrosos como lo indica la Ley. El Ejecutivo dice que sí, pero la realidad es que no hay aplicación efectiva de la ordenanza. Yo misma lo comprobé en visitas al Centro Antirrábico”, explicó.

Luego de la edila, declaró el abogado Mauro Vazón, ex juez de Faltas municipal. Fue contundente: dijo que jamás, durante los casi diez años en que cumplió la función, se inició una causa o se castigó a alguien por alguna de las ordenanzas que incluyen a perros. Incluso destacó que jamás, desde la creación del Juzgado, había sucedido, ni que se haya labrado un acta.

A la pregunta de Soppelsa, Vazón contó que él cría perros (doberman, entre otros). Y señaló –en relación con las ordenanzas que obligan a que los perros lleven bozal, collar y correa– que ni siquiera él –ex juz de Faltas– usa esos instrumentos. “Sólo uso correa con una perra doberman que es muy desobediente y tengo miedo de que me la atropelle un auto”.

Quizás por percibir la caída de uno de sus argumentos centrales, el fiscal Lombardi intentó remar la situación con una pregunta que hizo estallar a Soppelsa: “Usted además de ex juez de Faltas y abogado es hombre de la política” (Vazón es autoridad y candidato del PRO). “Como hombre de la política, ¿considera que deben castigarse las ordenanzas incumplidas? ¿No son los dueños los responsables por los perros en la calle?”. Con dureza Soppelsa le reprochó que le estaba indicando cuál debía ser la respuesta. Vazón contestó que “son más peligrosos los perros sin dueño, los que andan sueltos”. Luego insistió en la falta de control del Estado Municipal en el tema y en la necesidad de tomar cartas en el asunto. Agregó incluso, que debido a la nula aplicación de las ordenanzas sobre perros, las desconoce, a pesar de haber sido juez de faltas desde 1998 al 2007.

Martín Barral y su abogado defensor.

Martín Barral y su abogado defensor.

 

ULTIMO TESTIGO Y MÁS CRUCES

El último testigo presentado por la Defensa fue Juan José Ciuffolotti, que en un principio estaba también imputado en la causa, dado que es el dueño de la perra boxer que era sindicada como uno de los animales atacantes, pero luego resultó desvinculada, y su propietario sobreseído en la causa.

Ciuffolotti contó que el día de la tragedia, sus suegros pasaron a visitarlo alrededor de las 10.15. Luego se puso a trabajar fuera de su casa –que queda unos 30 metros hacia el norte de la que ocupaba Barral– nivelando el terreno, llevando broza desde un lado de la casa al otro. Fue entonces que vio a un hombre de camperón azul con leyendas de una empresa de seguridad y pantalones oscuros (“no recuerdo el color pero eran oscuros”) llegar hasta frente a su casa, mirar y volver sobre sus pasos, sin prestarle Ciuffolotti mucha atención.

Unos minutos después escuchó una feroz pelea de perros (“de muchos perros”, aclaró) y salió hasta la calle a ver qué ocurría. Allí fue cuando su perra salió corriendo para sumarse a la pelea, que la llamó y vino, y que después de meterla adentro volvió a salir a la calle y vio al hombre de campera agarrarse la cabeza y gritar, que enseguida los perros despejaron el lugar y vio lo que le parecía una criatura en el suelo y llamó a la Policía. Luego vio llegar a la madre del chiquito que se tira sobre el cuerpo y luego ve al padre venir en moto desde el norte, quien fue a increparlo: “Los perros me mataron el nene. Tu perra me lo mató’, me dijo. Yo no sabía cómo reaccionar porque sabía que él es tipo gaucho de campo, que a veces anda con facón”.

En esta ocasión el que se ofuscó fue el fiscal Lombardi, quien pidió que se leyera la declaración de imputado de Ciuffolotti, a lo que Soppelsa se opuso efusivamente y le advirtió lo que intentaba hacer era un fraude procesal. “¡Si la declaración está incluida como prueba en este debate!”, espetó Lombardi, dando golpes en su mesa (con la mano abierta).

La escena fue interrumpida por el tribunal, que llamó la atención a Soppelsa por la vehemencia de sus palabras, pero le dio la razón al señalarle al fiscal: “Lo que pasa, doctor, es que cuando se declara como imputado puede mentir para defenderse, pero acá está juramentado diciendo la verdad, si lo que usted quiere cotejar es alguna contradicción”, explicó Seró.

En medio de los cruces, Ciuffolotti dijo: “Pero si esto yo se lo conté al fiscal una vez que me lo encontré en el pasillo”. Pese a eso (o quizás por no haberlo escuchado) Lombardi insistió en leer la declaración de Ciuffolotti en sede policial, tomada “cuatro horas después del hecho”, resaltó. El tribunal se lo permitió, pero luego su presidente, el juez López Moras, puso paños fríos: “Lo que dijo el testigo acá es lo mismo que dijo en sede policial, sólo que le agregó esta cuestión previa a lo que declaró. Amplió, no se contradijo”.

El rostro de Lombardi no ocultaba su molestia.

 

EL LUNES, LOS ALEGATOS

Concluidos los testimonios, el tribunal pasó a cuarto intermedio hasta las 10.30 del lunes 17 de febrero, jornada en la que se desarrollarán los alegatos de la Fiscalía y la Defensa.

Ese día, el fiscal Fernando Lombardi intentará, con los elementos que tiene, demostrar su acusación contra Martin Barral: “comisión por omisión de homicidio culposo”, sostenida en base a las tres ordenanzas municipales que habría incumplido como tenedor de los animales.

Por su parte, la defensa representada por Gustavo Soppelsa procurará en su alegato mostrar que esas ordenanzas son inaplicables. Además, se cuestiona la investigación realizada por Lombardi, que no examinó la posibilidad de que el niño hubiera sido atacado por uno de los dogos de su propia familia (por lo que en las jornadas previas Soppelsa habló de “negligencia”). El dogo sospechado, que nunca fue secuestrado ni peritado y todo el tiempo quedó en custodia de la familia, murió pocos meses después del hecho.

El lunes ambos profesionales expondrán ante el tribunal que integran Fabián López Moras, Marta Cristina Bonifacino y Alberto Seró. Probablemente en los dias siguientes se conozca el fallo en esta causa que pretende esclarecer la trágica muerte del niño Lucas Romero.

 

AUDIENCIAS

Aquí compartimos los links de las dos audiencias anteriores para poder leer la cobertura completa del juicio realizada por El Miércoles Digital.

Primer día:

http://www.elmiercolesdigital.com.ar/en-el-primer-dia-del-juicio-oral-el-defensor-soppelsa-cuestiono-por-negligencia-la-investigacion-del-fiscal-lombardi/

Segundo día:

http://www.elmiercolesdigital.com.ar/declararon-mas-testigos-de-la-fiscalia-y-peritos/

 

 

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