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11 de Octubre, 2013 |
LA UTOPÍA DE TOMÁS MORO |
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Autor:
bgv065, 14:13, guardado en
pensamiento |
BREVÍSIMA SEMBLANZA DEL AUTOR Tomás Moro era un idealista platónico, creía en que lo filósofos debían gobernar o aconsejar al rey; pero la realidad se demuestra en algo que es constante a través de la historia respecto a las formas de gobernar: el poder siempre busca sus propios intereses y valores sin importarle los del pueblo gobernado, al que mantienen muy "entretenido" y programado para que no pueda protestar. Tomás Moro defendió los valores que en ese entonces creía auténticos del pueblo inglés, pero a Enrique VIII no le convenían y lo mando asesinar. En el lenguaje utilizado por Tomás Moro en su Utopía se pueden entrever principalmente el idealismo platónico, así como un claro dominio del pensamiento cristiano. En su libro, acusa a la propiedad privada como la causa de todo mal y sostiene que todas las cosas son patrimonio común. UTOPÍA La organización política de Utopía es muy simple porque la organización social también lo es: el nivel más alto de la jerarquía la tiene la gente más experimentada, que por lo general es gente del pueblo. Más que hablar de solidaridad entre los habitantes, hablaríamos de comunión; una comunión de estar alerta de los males que pudieran surgir, porque es obvio que los conocen, pero su estado es de total alerta ante su posible aparición. Los habitantes de Utopía trabajan 6 horas como máximo porque sus labores productivas están perfectamente organizadas; todos aprenden el oficio de labrador, y es rotativo en determinado número de años. Existe una fuerte conciencia colectiva junto con una fuerte conciencia individual; la mayor parte de las cosas son colectivas, no existe la propiedad privada. Esta visión casi paradisíaca me parece que corresponde a que la sociedad de ese tiempo era más simple y asimilable; el autor pone mucho énfasis en el trabajo seguramente por las condiciones de éste en esa época que eran malísimas y estaba muy mal organizado. Seguramente había mucha ignorancia puesto que Tomás plantea que el conocimiento dede ser transmitido de una manera muy cuidadosa, además dice que la felicidad del hombre consiste en la libertad y en el cultivo de la inteligencia.
El capítulo De los viajes y otras cosas, muestra con mayor claridad el pensamiento de Tomás Moro y nos demuestra como la humanidad realmente no ha cambiado, sigue suiendo la misma, solamente ha inventado formas, los contenidos siguen siendo los mismos: lo que en la sociedad tiene jerarquía y es símbolo de poder tiene una base racional que degenera en irracional; es cuando el ser humano se manifiesta como el resto de los animales, y no es que los otros animales sean malos, lo que pasa es que el hombre al comportarse como los demás animales, se degrada; los verdaderos valores están sustentados en leyes físicas primarias, pero siempre son la corriente más menospreciada. Moro Utiliza el término "malas costumbres" en el sentido de hacerse a la forma de lo que dicen los demás que debemos ser.
El lenguaje humanista y moralista de Moro, no oculta un contraste extraño en la ínsula utópica; la aparente ingenuidad de su estructura social, política y cultural se ve apoyada en un solidísimo sistema de defensa: como los utópicos viven en la abundancia, no necesitan de manera cotidiana el dinero, y sin embargo obtienen mucho, pues la abundancia les permite hacer muchas exportaciones mientras que ellos no tienen necesidad de importar, por lo que se les acumula gran capital, el cual es solamente utilizado con fines militares.
Tienen un espíritu de solidaridad para con las naciones amigas cuando estas están en peligro. Moro acepta que exiten personas malas, sin posibilidad de transformarse. Existe la idea tomista de venir de dios y de ir hacia dios. El manejo maniqueísta de su sociedad ideal hace ver con confusión y con verdadera utopía la perfección de la isla. Hasta me he llegado a hartar de tanta utopía. La sabiduría, la lógica, la obediencia a la naturaleza, el trabajo, es lo que predomina.
Moro acepta las estructuras jerárquicas en todos los nivele de la sociedad. No faltan las leyes represivas. Viven en una auténtica solidaridad mecánica, pues tal sociedad existe por sí misma, sin interdependencia de otras sociedades. En nuestro mundo, la solidaridad es orgánica porque realmente, en mi apreciación, yo no veo la existencia de una conciencia colectiva, lo que veo en nuestra sociedad es sólo una interdependencia entre servicios básicos. Una pequeña comunidad aunque tenga una fuerte conciencia colectiva, no existe por sí misma.
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Roberto Barozzi
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