Tanto en el plano local como internacional, 2015 será un año de grandes oportunidades. Pero también habrá que seguir de cerca algunos acontecimientos clave que, en caso de no concretarse, nos obligarán a cambiar rápidamente de estrategia. Porque un error, incluso un pequeño paso en falso, puede representarnos grandes pérdidas en un mercado global tan complejo como el actual, que cambia de rumbo de manera imprevista.
Así, cuando encaramos cualquier proyecto de inversión, debemos contemplar todos los escenarios: no sólo debemos considerar el éxito en las inversiones, sino que tenemos que concebir un plan be en caso de que todo lo que planificamos y analizamos no se produzca.
Ese es el verdadero secreto a la hora de invertir: saber qué es lo que estamos haciendo —o la meta que queremos alcanzar— con nuestra cartera. Sólo cuando tengamos en claro nuestro objetivo seremos capaces de darnos cuenta si algo puede ponerlo en riesgo y, entonces, evaluar un cambio inmediato. Como reza el saber popular: “Confiá en lo mejor, preparate para lo peor”.
Dónde estamos parados
No fue, 2014, un buen año para las finanzas argentinas, aunque la imagen de la gestión del último trimestre fue muy distinta porque se pudo estabilizar el mercado cambiario y recomponer los niveles de las reservas luego de tres años en baja y con una desaceleración de la inflación. En contrapartida, la actividad económica y los indicadores sociales profundizaron su caída. Este año —descartado un arreglo con los fondos buitre, salvo por alguna necesidad de urgencia— el gran desafío es la reactivación, considerando que es un período con grandes vencimientos de deuda y con reservas que no alcanzan para cubrir las necesidades de producción para sostener la demanda interna.
Ese es el verdadero secreto a la hora de invertir: saber qué es lo que estamos haciendo
El año pasado, la Bolsa ganó un 60 por ciento medida en pesos y un 22 % en dólares, casi el doble de la evolución del dólar oficial, de la cotización blue y de la inflación. Las acciones ganadoras del Merval fueron Transener (223 %), Banco Francés (161 %), Edenor (149 %) y Banco Macro (138 %). Pero quienes invirtieron en los últimos tres meses del año en esos sectores (energía y financiero) no obtuvieron los mismos resultados que el resto de los inversores. Por ejemplo: al mes de septiembre, los papeles de Edenor generaban una ganancia acumulada anual del 290 % y Banco Francés llegaba al 214%; es decir, en el último trimestre perdieron un 25 por ciento.
Lo mismo sucedió con el dólar blue: luego de una cotización cercana a los $ 16, llegó a tocar casi los $ 12. Así, quienes compraron en enero no festejaron igual que quienes lo hicieron en septiembre. En el mundo de las inversiones hay una conducta muy común: comprar en los máximos y vender en los mínimos, es decir, en los peores momentos. ¿Qué pasará con la cotización del blue? En caso de que no se concrete ningún tipo de acuerdo con los buitres y la Argentina se encuentre fuera de los mercados internacionales de deuda (tal como ocurría al cierre de esta edición), la brecha cambiaria continuará fluctuando entre el 45 % y el 60 %. Este año debería ser muy bueno para las acciones y los bonos argentinos (si no ocurre nada raro a nivel internacional), en especial a partir del segundo trimestre, cuando se empiecen a revelar los candidatos y sus propuestas; aunque tendremos que estar dispuestos a la gran volatilidad, a comprar barato y vender caro.
Animarse a construir
Cada sector ofrece luces y sombras en términos de oportunidades de inversión. En materia de real estate, tal vez no sea el mejor momento para comprar una propiedad usada (salvo que la paguemos barata o exista un negocio financiero en la forma de pago), ya que el precio del metro cuadrado en dólares puede continuar cayendo durante 2015.
En cambio, construir es la gran ventaja para quienes tienen dólares atesorados porque el costo del metro cuadrado de construcción en la divisa estadounidense está en los niveles más bajos de los últimos cinco años: medido en oficial, u$s 1.150; considerando la cotización del paralelo, por debajo de los u$s 750 (hace apenas tres años, rondaba los u$s 1.300). Es un buen momento, entonces, para construir con miras a revender en el futuro y obteniendo una ganancia en dólares soñada o impensada. Porque va a pasar mucho tiempo hasta que volvamos a ver precios de la construcción en dólares tan bajos como los actuales.