LA BALA DE PLATA

Cristina tiene una chance inmejorable de terminar ordenadamente su gestión en 2015. Debe corregir el mayor error de la década kirchnerista en materia económica y sincerar el indice de inflación. Así de simple. Esa es su bala de plata. Terminar con la mentira que se repite desde 2006 y compartir con la sociedad un porcentaje de suba de los precios parecido al que sufren los argentinos. Un número más real que el 10,9% que anunció el Indec como inflación de todo el 2013. No debería ser un imposible. Pese al discurso inflamado y el marketing revolucionario, la Presidenta aceptó devaluar el peso y flexibilizar el cepo al dólar. El resultado parcial es este escenario cambiario más calmo.

Pero ahora Cristina necesita enhebrar las otras dos brasas ardientes de la economía: la inflación y los acuerdos salariales. Anoche dio un primer paso al recibir a la CGT en la búsqueda de un porcentaje de suba de sueldos que le ponga racionalidad a las paritarias inminentes. El otro paso debe darlo mañana, cuando se anuncie el nuevo índice de inflación urbano con monitoreo del FMI. Si los números vuelven a acercarse a la verdad, la Argentina podrá hallar un camino diferente al de las crisis recurrentes.