300 días de las primarias presidenciales del 9 de agosto del año próximo, hay 17 precandidatos lanzados por la sucesión de la presidenta Cristina Fernández, quien hasta el momento no se ha inclinado por ninguno de los ocho postulantes del Frente para la Victoria que están en campaña.
Mientras el Gobierno está acuciado por la inflación y la falta de divisas, lo que generó que los candidatos del oficialismo bajaran su perfil en el último mes, entre los opositores buscan mostrarse como alternativa de cambio a los 12 años de kirchnerismo en el poder.
Hasta el momento, ninguno de los aspirantes presidenciales K sacó los pies del plato del oficialismo, mientras que en la vereda opositora persiste una profunda división.
En el denominado peronismo disidente hay tres precandidatos (Sergio Massa, José Manuel de la Sota y Adolfo Rodríguez Saá) que recorren el país.
Pero, las diferencias más importantes se suceden en el espacio no peronista, en el cual abrevan el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, y los cinco precandidatos del Frente Amplio Unen (FAU), que tienen más roces que coincidencias.
En el oficialismo hay ocho postulantes en campaña (Sergio Urribarri, Daniel Scioli, Florencio Randazzo, Julián Domínguez, Aníbal Fernández, Jorge Taiana, Juan Manuel Urtubey y Agustín Rossi), aunque los propios kirchneristas admiten que habrá negociaciones y a las primarias de octubre de 2015 seguramente llegarán dos o tres candidatos.
Los bonaerenses Scioli y Randazzo son los mejores posicionados en las encuestas. Sobre todo el gobernador bonaerense, que junto con Macri y Massa figuran en un podio de los tres que más miden en los sondeos de opinión.
Scioli es el candidato oficialista que la gente ubica como el “menos kirchnerista”, lo que es considerado una ventaja: el gobernador suma votos entre los K, pero también en el electorado independiente.
Por momentos atacado por el cristinismo paladar negro, en el último mes Scioli tuvo un acercamiento con los principales dirigentes de la agrupación La Cámpora, lo que puede leerse como un posible acuerdo político entre el ala más dura del Gobierno nacional y el postulante mejor posicionado en las encuestas.
Disidentes
Massa puede mostrar como trofeo que es uno de los pocos dirigentes que derrotó en la provincia de Buenos Aires al kirchnerismo en el poder. El otro es Francisco de Narváez, hoy muy desdibujado.
El exintendente de Tigre tiene esa ventaja, pero también la dificultad que ocupa una banca como diputado nacional y tiene poco para mostrar, a diferencia de Scioli y de Macri, que gobiernan en la provincia de Buenos Aires y en Capital Federal.
La mayoría de las encuestas muestra una cara positiva y otra negativa para Massa: estaría primero, pero viene en baja, respecto de la gran expectativa que cosechó en las elecciones legislativas del año pasado.
Para los operadores massistas, esta baja “es lógica” ante la falta de protagonismo por no estar al frente de una gestión.
Pero, muestran con optimismo que Massa sería “imbatible” en una segunda vuelta electoral ante sus principales rivales.
Entre el peronismo disidente, también están anotados José Manuel de la Sota (ver más información en A15 ) y el exgobernador de San Luis Adolfo Rodríguez Saá.
Rodríguez Saá ya es un abonado como candidato presidencial, pero todo indica que su objetivo es articular la unidad del espacio peronista anti-K. De allí, su diálogo permanente con De la Sota, al que en los últimos tiempos se sumó Massa.
Hay conversaciones para que los tres integren un mismo espacio para no dividir el voto opositor a los K, en especial, el de origen peronista.
Unen, desunido
Luego de un acercamiento de distintos sectores del radicalismo a candidatos como Macri y Massa, el Frente Unen se debate entre la supervivencia o la desaparición de este espacio, que hoy tiene a cinco precandidatos: los radicales Julio Cobos y Ernesto Sanz; el socialista Hermes Binner; la radical disidente Elisa Carrió, y el progresista Fernando “Pino” Solanas.
Hay varios dirigentes del frente, como los cordobeses Luis Juez y Oscar Aguad, que sostienen que se debe negociar un acuerdo para que Macri participe en las primarias de este espacio. Carrió, y en menor medida Sanz, también abonan esta estrategia.
En realidad, esta postura tiene mucho de pragmatismo, fundado en las encuestas. Quienes sostienen el acuerdo Unen-Macri argumentan que si no se da esta alianza, lo más probable es que el próximo presidente sea Scioli o Massa, es decir, dos dirigentes que vienen del peronismo, aunque ninguno de los dos surgió del movimiento que fundó Juan Domingo Perón.