Ignacio Ros
La madrugada del viernes se dio un inusual y cinematográfico suceso. Un francés que se encontraba vacacionando en Punta del Este ganó US$ 40.000 en el casino y decidió compartir la mayoría del botín (unos US$ 30.000), arrojándolo por la terraza de un pub.
Un amigo que trabaja en este casino icónico del Uruguay me contó que el dinero el galo lo ganó jugando en la ruleta y que -luego de recomendarle guardarlo en una caja fuerte para evitar robos- el feliz apostador le dijo que no se preocupara porque iba a hacer de Papá Noel.
El hecho tuvo lugar a las 4 de la mañana. El lugar, Moby Dick, un clásico bar ubicado frente al puerto esteño, polo nocturno para turistas y locales que gustan del rock en vivo y la buena cerveza.
Tras divertirse en grande y pedir una botella del champagne más caro, el apostador francés concurrió al segundo piso del pub y empezó tirar manojos de billetes. Llovían sobre las personas que estaban abajo tomando un trago o simplemente bailando.
Tanto regaló que debió pedir prestado para pagar el taxi de regreso al hotel.
Según las propias palabras del francés, realizó esta inusual donación porque no le interesa el dinero obtenido mediante el azar. Al ver miles de dólares caer, rápidamente clientes y empleados se abalanzaron como niños tras romper la piñata. "Hasta se trepaban a las sombrillas" para hacerse con el dinero. "Gracias a Dios, nadie salió lastimado", señaló a la prensa Humberto, un afortunado lavaplatos que logró hacerse con US$ 4.000.
¿Se imagina si esto sucediera en Argentina? Ya sé, dirá que es imposible que un casino entregue dólares, pero fantaseemos un poco. Me resulta sencillo imaginar escenas dignas de Titanes en el Ring para poder conseguir el mayor número de billetes verdes. Si en Uruguay se subieron a sombrillas, acá bien podrían avanzar por sobre el cuerpo de los caídos, al mejor estilo del rugby, para poder conseguir una posición ventajosa de cara a esta lluvia de dólares.
Es una linda metáfora, porque mientras que en la región llovieron las divisas norteamericanas, acá la sequía arreciaba. Ni si quiera dio para una garúa finita.
De la anécdota a los datos
En el último tiempo se recrudeció la brecha entre el dólar blue y el oficial (63%, aunque llegó a estar encima de los 100 puntos), y no parece que vaya a cambiar. Es decir, más allá de los esfuerzos del Gobierno por devaluar el oficial y profundizar el mercado del dólar Bolsa, la persecución al blue parece ser una carrera perdida, ni hablemos de la posibilidad de fijar su precio.
Veamos cómo es la suerte de algunos sectores que marcan el camino de la economía local. "Hoy, por cada dólar que el productor sojero vende al exterior, el Gobierno le paga $ 4,34. Con esos pesos, el productor podría querer dolarizar una parte de su liquidez, pero cuando quiere hacerlo, necesita teóricamente otros $ 6,56 para completar la compra de un dólar blue. Así, la brecha que existe entre el dólar-soja y el blue es de 151%", señala Julián Guarino en su columna habitual de El Cronista.
Está bien, el dólar Bolsa hoy está en $ 9,55, mientras que el informal está en $ 10,75, pero sigue siendo una operación para un porcentaje pequeño de la sociedad que accede al mercado bursátil. Por otra parte, deja afuera a aquellas personas cuyos pesos provienen de la economía informal y no están dispuestos a declararlos. No parece haber mucho incentivo, salvo para los pillos que entraron en la bicicleta financiera: compran en Bolsa y venden en el blue, ganando un interesante spread en un pasamanos.
Recordemos el dato de un sector que suele generar grandes ingresos de dólares. Entre enero y septiembre de 2013, el 35% de los billetes norteamericanos que ingresaron al país por concepto de turismo se habrían cambiado en el mercado paralelo.
Dada la debilidad de las reservas, tampoco hay una percepción el público general de que el precio del blue se vaya a quedar en los valores actuales. Al ver el ratio de reservas sobre base monetaria (circulante más depósitos a la vista), el precio referencia que debería tener el dólar es de $12,10, según la consultora Economía y Regiones. Si bien hoy -tras la modificación de la Carta Orgánica del Canco Central- ya no es necesario que cada peso esté respaldado por dólares, sigue siendo un interesante indicador.
En el último tiempo, la moderación monetaria -que podemos apreciar en el gráfico a continuación- fue la noticia positiva. Es una presión menos al proceso inflacionario que atraviesa el país.