A pocos días de su sanción, genera expectativa la nueva normativa de ANSES que obligaría a la implementación de lectores biométricos y su utilización para la identificación de jubilados y pensionados. En la Ciudad, un sistema similar se vendría utilizando desde hace más de un año.
La Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) anunció sobre el final de 2014 que a partir de este año deberán registrarse las huellas digitales para percibir los haberes que se cobran en las entidades de pago habilitadas.
La medida contempla que para recibir los haberes que cobran a través de ANSES, los jubilados y pensionados, así como sus apoderados, deberán inscribir sus huellas dactilares o datos biométricos, ambos pulgares e índices.
Dicha información, recabada por las entidades bancarias, será transmitida a una base de datos unificada que estará a cargo del organismo de seguridad social nacional, encargada de realizar la verificación previa entre las huellas inscriptas con los datos de los beneficiarios.
La Resolución 648 también dispuso que deberá instalarse algo un “Tótem biométrico”, una terminal electrónica en la que podrán realizarse rápidamente trámites con la simple identificación de la huella dactilar y el documento de identidad.
Obligatoriamente, aparte de las que deseen añadir en cada banco, los tótems deberán tener las siguientes tres funciones: imprimir certificados de fe de vida, imprimir comprobantes de emisión de pago de haberes y consultar la próxima fecha de pago
Por ahora, las terminales no incluirán bocas expendedoras, por lo que la comprobación de la huella para el cobro de haberes se realizaría en ventanilla, esto al menos hasta mediados de año en julio, cuando, según se manifestó desde algunas entidades bancarias, estarían llegando al país los primeros cajeros automáticos con lectores de huellas, tecnología que todavía no existe en el país.
En la Ciudad, desde hace más de un año que un sistema de características similares había sido implementado por las autoridades de la entidad bancaria Supervielle. Como explicó Ariel Salituri, gerente de Relaciones Institucionales del banco, la medida habría sido ensayada para “tener una mayor velocidad de pagos y atención al público”, facilitando a la vez la identificación de los usuarios.
“Del millón de personas que hacen uso del Banco como lugar de cobro, son ya 800 mil los enrolados en el sistema”, manifestó Salituri, quién explicó que a partir de la nueva disposición nacional, dicha base de datos será reenviada a ANSES, la cual conformará un registro único centralizado.
Sin una fecha de inicio ni tiempo límite para el registro de las huellas, la principal preocupación de los jubilados es si estarán impedidos de alguna forma del cobro de sus haberes, preocupación que fue rápidamente aclarada desde la entidad bancaria desde donde se manifestó que “ningún jubilado se va a quedar sin cobrar”.
EL SISTEMA DE REGISTRO
A partir de estos días, los bancos deberán dar inicio con el proceso de registro de las huellas digitales de sus clientes que cobran jubilaciones, pensiones o pensiones no contributivas, así como sus apoderados.
El proceso podría llevar un tiempo considerable, teniendo en cuenta los siete millones y medio de personas que deben ser registradas, y el periodo estimativo de 12 meses que llevaría implementar el sistema en las entidades bancarias.
Para inscribirse, cada jubilado, pensionado o apoderado deberá acudir a la sucursal bancaria donde cobra sus haberes, provisto de su número de CUIL y una serie de datos personales en los que se incluyen domicilio, teléfono celular, fijo y un correo electrónico, datos que serán emparejados con el registro de las huellas dactilares de ambos pulgares y dedos índices (u otros dedos de no ser posible obtener huellas de estos).
Toda esta información será remitida a ANSES a través de un sistema de información encriptado, para la protección de los datos, y el enrolamiento quedará pendiente hasta que se realice la validación pertinente, determinando la correspondencia de la huella con su dueño