Finalmente la selección argentina, no logró su objetivo. Perdió ante una Alemania “ganable”, que los más desprovistos de argumentos para explicar la derrota del seleccionado nacional, le buscan méritos que no tiene y agrandan su figura, para que la propia no resulte tan pequeña. Argentina perdió por falta de actitud y un mal planteo defensivo. No jugó a ganar, cuando tuvo la oportunidad falló y tras dejar que Alemania jugara todo el partido en el área propia, permitió que al primer defecto de los defensores, Alemania le marcara el gol de la derrota.
Los “cuatro fantásticos” no estuvieron en la cancha y solo individualidades como Mascherano, Romero, Lavezzi, Rojo y Demichelis, pusieron lucha y corazón en la jornada. “El mejor jugador del mundo” no apareció, “los castigadores”, como dijo algún periodista deportivo de TyC Sport, estuvieron lejos del Maracaná.
Como en la política, todo se manejó con impulsos y exitismos; agregando valor desmedido a las cosas, para que la derrota pueda justificarse de alguna manera, pero, finalmente, consiguiendo que la frustración sea más grande.
Ahora solo falta que el gobierno, quien de esto sabe mucho, prostituya a un tipo como Sabella, ofreciéndole ser candidato para el 2015. No está lejos y dependerá del entrenador, que se lo ve como uno de los pocos realmente convencidos en que este es un buen gobierno, que ceda a la tentación de sucumbir a la improvisación colectiva del kirchnerismo, o haga la personal y permanezca con su perfil bajo, reconociendo que al partido lo perdió porque lo planteó mal y no porque Alemania es un monstruo al que no se le puede ganar. Sería el primer paso para que, de la misma manera, le pueda decir que no al gobierno empeñado por colgarse de cualquier éxito popular.