15/05 – 15:00 – Julio De Vido dijo, hace poco, que hay que repavimentar la ruta nacional Nº 3. Nadie aclaró qué hicieron todos estos 10 años, al menos en el tramo que corresponde a la Patagonia. Desde el 2003, la ruta entre San Antonio Oeste y Río Gallegos está en construcción, casi en forma ininterrumpida. A pesar de ello, se encuentra en un estado deplorable. Atenta contra la vida de las personas que la transitan y nadie se hace cargo. Otra vez aparecieron los carteles anunciando trabajos de “repavimentación”.
Vialidad Nacional no descansa. La vocación por cuidar nuestras rutas y darnos la posibilidad de que viajemos seguros, es una política de Estado para el organismo que lidera Periotti. Tal vez por eso, hace más de 10 años que vemos los obradores de Austral Construcciones SA a lo largo de su trazado, entre Río Gallegos y Comodoro Rivadavia y las máquinas en cualquier parte del tramo, moviendo tierra, sacando, poniendo, tirando asfalto, apisonando, demarcando y así, casi sin descanso, uno pensaría que esta preocupación por mantener vivo el trabajo de la famosa constructora, tiene un correlato con el buen estado de esta importante vía de comunicación terrestre; pero no es así.
La ruta nacional Nº 3 entre Comodoro y Río Gallegos, sigue en un estado de precariedad tan grande que transitarla de noche, es una ruleta rusa para cualquier conductor. Los baches, las ondulaciones, las banquinas descalzadas, los deniveles que tiene la cinta asfáltica, los distintos grados de adherencia que presenta el piso y la deformación del asfalto, que forma verdaderas “huellas” en ambas manos, constituyen trampas pasivas que esperan por incautos conductores, quienes ya no solo deben preocuparse por los miles de guanacos y choiques que se cruzan como en una peatonal, sino, deben prever los impedimentos físicos que les pone el camino, con tramos como el que se ubica entre Fitz Roy y Tres Cerros y éste paraje y San Julián, que son verdaderamente criminal.
Solo la impunidad y la falta de justicia, puede avalar que un país tenga rutas como éstas en Argentina, lo cual constituye un verdadero atentado a la salud pública y de nada vale, encarar cualquier campaña vial por parte del Estado, si no es capaz de regular, controlar y modificar la infraestructura en rutas, donde el gobierno privilegia el negocio de los amigos, sobre la vida de las personas.
La constructora de Lázaro Báez y sus subsidiarias (Kank y Costillas, Esuco, etc) han sido todos estos años, las responsables de asfaltar, reasfaltar y reconstruir una y otra vez la ruta nacional Nº 3. Sus bases se encuentran a lo largo de los aproximadamente 1000 kms que separan a esta capital de Comodoro y algunos obradores están sobre canteras de áridos de campos de su propiedad, desde donde se provee material para la permanente actividad desarrollada, por valores impensables, que muchas veces hemos denunciado, pero con “ampliaciones por mayores costos” de los cuales nadie se entera, ni el gobierno se esfuerza por publicar.
La desesperanza hace que cualquier conductor, que habitualmente debe transitar esta tediosa ruta, termine pensando “al menos, ya que se quedan con la plata, que hagan una buena ruta”; pero, precisamente, hay un motivo para no “hacer una ruta mejor” y es la necesidad de hacerla y rehacerla una y otra vez, hasta agotar la permanencia en el poder, dado que más allá del 2015, no existen posibilidades ciertas de seguir haciendo este increíble negocio de construir, reconstruir, mantener y emparchar, sin competencia y con la seguridad de que el Estado aprobará cada peso que le pidan, porque, en definitiva, son empresas de amigos y hasta podríamos decir, socias de algunos integrantes del Ejecutivo nacional.
Fuentes del departamento de ingeniería de Vialidad, nos ha informado en off, que los problemas obedecen a trabajos que no se ejecutan como indican los procedimientos, pero se cobran; entre ellos las bases del terreno donde se asienta el camino. De acuerdo a la apreciación de un ingeniero, quien se refirió en forma general, en los terrenos más inestables se debe retirar la tierra y la piedra, consolidar una nueva carpeta más compacta, nivelarla y sobre ésta realizar el asfaltado o el pavimento (aunque entre estas dos opciones la preparación de las bases son diferentes). Nada de eso se hace y al poco tiempo de realizados los trabajos y debido a las diferencias térmicas y el peso descontrolado del transporte de cargas y pasajeros, terminan destruyendo la obra en menos de un tercio del tiempo que debieran durar, hasta comenzar a ser mantenidas.
Sin embargo, y luego de los anuncios de Julio de Vido, que la ruta 3 “debe ser repavimentada”, observamos la aparición de nuevos carteles de obras en el tramo Río Gallegos – Caleta Olivia, como éste que se exhibe en la nota donde se comunica la repavimentación de la ruta 3 “Tramo: progresiva 2088.60 – Progresiva 2164.74, por un monto de $ 210.175.266,80, con fecha de inicio el 20/08/2013, cuyo contratista es la firma conocida del kirchnerismo Petersen, Thiele & Cruz quienes construyen a un costo de $ 2.765.000,00 el km.
Es la misma empresa de la familia Esquenazi, involucrada en la causa por facturas falsas, acusada de entregar facturas truchas por $ 5.999.320, para justificar gastos de la obra pública.
Las obra involucradas en esa causa fueron la construcción de un tramo de la ruta nacional 3 en Buenos Aires (adjudicada a Petersen en mayo de 2005), la realización de dos puentes en Santa Cruz, también sobre la ruta 3 (contrato de enero de 2003), y la terminación del Centro Cívico de San Juan (acordada en 2005). En la primera obra, las facturas apócrifas suman $ 3.000.000; en la de los puentes de Santa Cruz, $ 2.700.000, y en la de San Juan, $ 120.000, publicó en su momento La Nación. (Agencia OPI Santa Cruz)