La triste figura del desaparecido -asesinato y ocultación del cadáver- ya no es monopolio exclusivo de la dictadura argentina (1976-1983), que exterminó de 9.000 a 30.000 ciudadanos por causas políticas, según los recuentos públicos documentados y de organismos humanitarios, respectivamente. 

Desde la recuperación en 1983 del Estado de derecho, que este lunes cumple 29 años de vida -el mayor período en el último siglo- también ha habido desaparecidos: nada menos que 197 personas. Y, además, unos 3.600 asesinados por motivos sociales y políticos. No parece poco para una democracia. 

Así lo han asegurado algunos familiares de las víctimas y ONG humanitarias, que hicieron el recuento, al celebrarse este lunes la nueva democracia y el Día Internacional de los Derechos Humanos. 

"La represión por causas políticas, el gatillo fácil y la corrupción" en las fuerzas de seguridad "siguen siendo moneda corriente y continúan llevándose vidas", denunciaron en rueda de prensa. 

Los casos más emblemáticos han sido los de Jorge Julio López, un superviviente de la dictadura, de 77 años, que fue secuestrado el 18 de octubre de 2006 tras haber testimoniado en el juicio a sus torturadores y desde entonces sigue desaparecido. Carlos Fuentealba, profesor en huelga ejecutado en 2007 de un escopetazo por el policía José Darío Poblete, y Mariano Ferreyra, manifestante caído en 2010 a balazos por una patota del sindicato Unión Ferroviaria, forman el grupo de asesinados. 

O el reportero gráfico José Luis Cabezas, asesinado en 1995 de un tiro en la cabeza e incinerado por una banda de policías, que habían sido fichados de sicarios por el poderoso empresario Alfredo Yabrán, que luego del crimen se suicidó. 

Otro ejemplo atroz han sido los asesinatos de 33 manifestantes por policías y guardias jurados durante las protestas del 19 y 20 de diciembre de 2001 contra el entonces presidente Fernando de la Rúa, que había decretado el corralito bancario y el estado de sitio. 

"Es una deuda fundamental en materia de derechos humanos el fin de los asesinatos de jóvenes por gatillo fácil en el país" sostuvieron las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Frente Popular Darío Santillán (FPDS), comunidad aborigen "La Primavera"; y la Asociación Trabajadores del Estado. 

En cambio la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI) ha contado aún más casos en casi tres décadas de democracia: "Más de 195 desaparecidos, 68 asesinado por luchar, y casi 3700 muertes por gatillo fácil o tortura"