06/06 – 14:20 - Cumpliendo una orden judicial, personal de Gendarmería Nacional se hizo presente en la propiedad del empresario Lázaro Báez en calle Guer Aike de esta capital.Los efectivos debieron forzar la puerta para el ingreso. Cuando llegó Báez, visiblemente enojado, mantuvo una reunión en el interior del salón donde aún siguen labrando las actuaciones correspondientes.
Alrededor de las 13:00hs un móvil de Gendarmería Nacional se hizo presente en una de las propiedades que tiene Lázaro Báez en calle Guer Aike de Río Gallegos. Allí se levanta un prolijo edificio en cuyo interior se aprecia un enorme salón, donde se puede ver un pañol de herramientas y en uno de sus laterales, estacionados los autos de alta gama que se dio en llamar “la flota negra”.
La orden, de acuerdo a lo que pudimos conversar con gente de la Gendarmería, fue recibida desde Buenos Aires a través del Juzgado de Sebastían Casanello y en principio habrían sido emitidas para producir un allanamiento en esta propiedad de Guer Aike, en la chacra, donde Báez posee su casa de fin de semana y en la estancia Alquinta a 80 Kms de Río Gallegos.
Los gendarmes que arribaron al depósito esperaron un tiempo prudencial y ante la ausencia de personal de la empresa que les abriera el portón de acceso, llamaron a dos obreros quienes se encontraban trabajando en una obra vecina, los integraron como testigos y además éstos les ayudaron a forzar la puerta de entrada, para lo cual usaron maza, cortafierro y barretas.
Al cabo de unos quince minutos, lograron quitar la puerta e ingresar al recinto. Allí permanecieron hasta que Lázaro Báez llegó a bordo de una Toyota Hilux gris. El empresario se bajó visiblemente molesto, aparentemente por la forma brutal con que ingresaron los Gendarmes. “No era necesario, yo puse a disposición de todos ustedes mis propiedades”, dijo lacónicamente Báez a quienes estábamos allí presentes, mientras ingresaba a su inmueble.
Permanecieron en el lugar por más de 40 minutos, sin que se haya podido precisar las diligencias que cumplieron los funcionarios. Al cabo de ese tiempo, Lázaro volvió a salir y subió a su camioneta. Una colega, que combatía el frío tomando mate, mientras realizaba la vigilia, trató de abordarlo al empresario para que diera declaraciones, a lo que Báez se negó. Para distender el momento la periodista le ofreció un mate y entonces fue que el hombre K la miró con algo de bronca contenida y le dijo “vos, ya me diste mate…”; cerró la puerta y se fue de allí.
En este momento se produce el allanamiento en la chacra que fue visitada en dos oportunidades por el periodismo, invitados por el propio empresario. Otro de los lugares que recibió orden de ser allanado es la estancia Alquinta, a 80 Kms de esta capital, lugar que se sindica como el nuevo resguardo de lo que Báez habría sacado de la bóveda que fue fotografiada por Triviño, cuando desarmó las cajas de seguridad en la cava.
Ampliaremos.
(Agencia OPI Santa Cruz)