PAREN LA INFLACIÓN

La psiquiatra Elisabeth Kübler–Ross divulgó allá por 1969 un modelo conocido como las cinco etapas del duelo, que se ajusta a la actualidad nacional. Negación, ira, negociación, depresión y aceptación fueron expuestas como las fases por las que atraviesa un individuo –no todas, ni necesariamente en ese orden– cuando es diagnosticado con una enfermedad grave, y a partir de ellas se procura el mejor tratamiento para combatirla.

En la Argentina, si bien el Gobierno no deja de lado expresiones de ira y negación, a la hora de los hechos comienza a transitar por la etapa de aceptación de los males que aquejan a la economía. Pérdida de competitividad, cepo cambiario, alta expansión monetaria, acceso restringido al mercado de crédito internacional y una elevada inflación son algunos de los síntomas que el paciente, mediante sus acciones, fue sincerando con el correr de los días, más allá de las denuncias de conspiraciones y el intento de desacreditar a quienes encendían la luz de alerta. Por un lado el discurso, por el otro las medidas. Por ello admitir el mal inflacionario con el nuevo IPC es solo un primer paso, pero de nada servirá si no surge un tratamiento 
integral para sanarlo.