Al borde de la esquina de Yrigoyen y Solís, casi al frente de la Biblioteca del Congreso, se paró una mujer. Los lentes oscuros le taparon un cuarto de la cara, como quien oculta algo. El cartel decía: "Estoy viva. Lo puedo contar". Tenía la firma de una víctima de violencia de género: "Elvira Baruch".
Por primera vez en el país, miles de personas coparon cada centímetro de la plaza Congreso y de las calles aledañas como Callao, Rivadavia e Yrigoyen, bajo la consigna "Ni una menos", en contra del femicidio. Incluso, vecinos se asomaron a los balcones y los manifestantes llegaron hasta la avenida Corrientes. Aunque miles de hombres participaron de la marcha que nació en las redes sociales, las protagonistas fueron mujeres con hijos y militantes feministas, muchas de las cuales realizaron expresiones artísticas y bailes, en simultáneo, en distintos puntos.
Sobre la avenida Rivadavia, un grupo avanzó en lenta procesión mientras sostenía perchas con estandartes y consignas como "Quiero que se haga justicia, no costumbre". A contramano, los familiares de Pamela Arévalo, una adolescente de 15 años asesinada el 21 de mayo de un escopetazo en la nuca delante de su bebé, gritaban con voz ronca "Presente" cada vez que pronunciaban su nombre. En la puerta del cine Gaumont, chicas con turbantes negros y en topless formaron una ronda mientras en el centro ardía el muñeco de un "hombre golpeador".
Todo esto ocurría mientras en el centro de la plaza los actores Erica Rivas y Juan Minujín, junto a la historietista Maitena, advirtieron en sus discursos que faltan reglamentar los artículos de la Ley 26.485 contra la Violencia de Género, sancionada en 2009, entre los que citaron el que dispone la creación del Plan Nacional de Acción para la Prevención, la Asistencia y la Erradicación de la violencia contra las mujeres.
El acto cerró a las 18 hs con una suelta de globos y fuegos artificiales y el mismo grito: "Ni una menos". Pero miles de manifestantes igualmente se quedaron hasta pasadas las 21.
La movilización reunió a todo el arco político que se congregó sin distintivos partidarios. Tras el apoyo virtual de la presidenta Cristina Fernández al acto, el presidenciable K, Florencio Randazzo, se sumó. También llegaron otros postulantes a la Casa Rosada como Ernesto Sanz (UCR), Fernando Solanas (Proyecto Sur), Jorge Altamira (FIT) y Elisa Carrió (que evitó las fotos). También el candidato a jefe de Gobierno porteño, Martín Lousteau.
A pesar de la presencia de políticos, la mayoría de estos partidos no desplegó insignias. Por el contrario, la izquierda llegó con banderas tanto del Partido Co munista como del Partido de los Trabajadores Socialistas.
