Los tiempos de Juliana Di Tullio volvieron a hacer ruido en el Congreso pero esta vez en el Senado, donde le achacan no haber definido los ocho miembros de la bicameral de trámite legislativo y frenar la validación de los decretos presidenciales.
Es esa la misión que la Constitución nacional le otorga a la Comisión conformada por 16 miembros, ocho de cada Cámara, que deben repartirse en forma proporcional a sus integrantes.
Por su función, la bicameral debe estar activa siempre y en cada año de recambio de bancas sus nuevos miembros asumen en diciembre y se mantienen alerta todo el verano por si es necesario refrendar algún decreto de relevancia.
Los jefes de bloque del kirchnerismo suelen reaccionar rápido: en 2010 Pichetto y Rossi apuraron su integración y la dejaron empatada, aun cuando al poco tiempo tenían minoría en los recintos.
La ley le da al Gobierno diez días de plazo para enviar los decretos a la bicameral y obligarla a reunirse para su dictamen, que luego debe probar suerte en ambos recintos.
Amante de las instituciones, cuando recuperó la mayoría Cristina pidió respetar esos tiempos y cerrar la puerta a molestos planteos judiciales. El 17 de enero, por ejemplo, de 2012 la bicameral se reunió con nuevos integrantes.
Lo hizo para convalidar los decretos que reasignaron partidas presupuestarias, modificaron el marco regulatorio de la medicina prepaga, pusieron tope a los intereses para los jubilados y revisó adicionales extraordinarios que cobran los empleados públicos.
En esos tiempos la kirchnerista Diana Conti, habitual vocal de la comisión, solía advertirle a sus pares que no viajaran lejos y mantuvieran el celular encendido.
En diciembre eso sólo pasó en el Senado, donde ya están definidos los ocho representantes de la bicameral: Graciela De la Rosa, Pablo González, Marcelo Guinle, Miguel Pichetto y Beatriz Rojkés de Alperovich por el kirchnerismo; Luis Petcoff Naidenoff, Ángel Rozas por la UCR y Adolfo Rodríguez Saá.
Según pudo saber LPO la demora de Di Tullio causó bronca entre las autoridades de la Cámara alta, sobre todo porque no les dio ninguna explicación.
Como adelantó LPO, la jefa de bloque se ausentó durante enero y se estima que habría estado en España, lejos de poder tomar decisiones claves.
En febrero, ni bien arribó, tuvo que acelerar el trámite para nombrar al camporista Eduardo “Wado” De Pedro como nuevo representante ante el Consejo de la Magistratura.
Pero nada hizo con la bicameral de trámite legislativo. Prefirió empezar por repasar la conformación del resto de las comisiones, que aún no fueron constituidas.
Y cada decreto de Cristina, mientras tanto, está a la espera del aval del Congreso.